20 març 2012

Protegiendo la aldea (VII)

Author: abraham | Filed under: Relato

– Enfrentate a mí y demuestra si tu vida vale algo – desafió Kanemoto Matsuyo al líder de los asaltantes.
– Te crees alguien digno por mostrar los colores imperiales, pero no es necesario que sea mi arma la que te demuestre que eso no sirve para nada – y a continuación un par de flechas volaron hacia él. Una falló por poco más de un palmo, pero la otra se clavó en su hombro. Su armadura evitó que se clavara profundamente aunque notaba el acero desgarrando su carne.
Los campesinos que andaban cerca se lanzaron a la carga y Matsuyo corrió tras ellos. Los bandidos no tuvieron piedad con ellos y pronto se demostró que eran enemigos a tener en cuenta y que si no recibían pronto refuerzos, el combate se decantaría a su favor. El general del Dragón Dorado también trató de imponer sus años de experiencia y su profundo entrenamiento en el combate para acabar con uno y dejar gravemente herido a otro.
– Al final parece que deberá ser mi arma la que te ponga en tu sitio – le dijo el jefe de los asaltantes cuando el resto de su grupo se apartó del gran guerrero para no caer bajo el filo de su katana.
Ambos contendientes se estudiaron, se lanzaron golpes y evitaron recibirlos. Sakura y Ryosei, una vez liberados de sus respectivos enfrentamientos, se dirigieron a ayudar a los pobres aldeanos que trataban de escapar de los atacantes. Ambos mostraban algunas heridas, pero eran poco más que rasguños. Su ataque sorprendió a los bandidos que ya se veían vencedores y acabaron con aquellos que no huyeron rápidamente. A Matsuyo las cosas parecían no irle tan bien como desearía y ya sangraba por un par más de sitios, pero su oponente se equivocó en su siguiente ataque y la finta del guerrero imperial le permitió lanzar un tremendo golpe entre el cuello y el hombro de su enemigo, atravesando carne y huesos por igual.

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