27 febr. 2012

Buscando el peligro (XXI)

Author: abraham | Filed under: Relato

Yoshida Riko había llegado a Shinhōji junto a la comitiva que acompañó el cadáver de Kawasaki. Habían previsto que la noticia provocaría una reunión de los señores de la familia Ishikawa y de sus lacayos de mayor estatus para tratar el futuro de la revuelta. El plan consistía en acompañar a alguno de éstos al palacio como entretenimiento para el señor Matsu. Por suerte para todos, Yoshida Riko ya había estado con anterioridad en la ciudad y sabía a qué puerta debía llamar.

Ishikawa Nibori era un viejo maestro de la Escuela de Magia, aunque ahora actuaba casi únicamente como consejero ya que los años habían hecho mella en él y ya no podía asistir frecuentemente a las clases. Cuando le comunicaron la presencia de Yoshida Riko en el portal de su casa, fue a recibirla él mismo, alegrándose de que siguiera viva, tal y como estaban los caminos últimamente. Como regalo por su hospitalidad, Riko le brindó un breve concierto doméstico de samisen, que fue halagado, al igual que su belleza, por su anfitrión.

– Tu música ha renovado mis ganas por vivir algunos años más, me sirve de bálsamo frente a los malos días que nos ha tocado sufrir – le confesó el anciano.

– Me honráis con vuestras palabras, Ishikawa-sama – le respondió con una gran reverencia -. Si estuviera en mis manos hacer algo más por vos, sólo tenéis que pedírmelo, no soy más que una humilde sierva.

– Como en otras ocasiones, os pediría que os quedarais aquí, la casa es grande y podrías disponer de habitaciones propias. Sé que siempre habéis rechazado la oferta porque sois un espíritu libre, pero cada año que pasa estoy más solo. Mis hijos y mis hijas partieron hace tiempo para formar sus propias casas y sus visitas son esporádicas. Además, el Gran Creador quiso que mi esposa se uniera con él durante el último invierno.

– Lamento mucho esas noticias, mi señor. Sería todo un honor para mí, pero seguramente os ocasionaría más molestias que la eventual satisfacción de poder escuchar mi mediocre música.

– ¡No volváis a insultar a mis oídos con esas palabras! – repuso enérgicamente pero sin ningún rastro de enfado en su voz -.Mis años me han permitido escuchar a muchos que se llaman a sí mismos intérpretes, y ninguno de ellos alcanza vuestro nivel. Así que permitidme de nuevo insistir en ofreceros un alojamiento digno.

– Si ese es vuestro deseo, no tengo otro remedio que concedéroslo Y aunque no pueda prometeros que mi estancia aquí se convierta en permanente, puedo garantizaros algunas semanas.

Tags: , ,

Leave a Reply