Okupas y antisistema vuelven a enturbiar las fiestas de Gracia

Una vez más las fiestas de Gracia vuelven a ser noticia por unos hechos que nada tienen que ver con el espíritu familiar, lúdico y alegre que la gente que aquí vive promueve y trabaja duro durante todo el año para llevar a cabo en estos 7 días.

En una valoración general de las fiestas de este año cabe decir que han sido positivas, y que los pocos incidentes registrados han venido derivados de la desidia y la inhibición de las autoridades respecto a los grupos okupas y antisistema.

En primer lugar habría que felicitar a las fuerzas de seguridad por haber conseguido evitar la celebración del homenaje a la colaboradora etarra Laura Riera, algo que habría sido una ofensa para la democracia y todos los que creemos en ella. Ésta gente quedó retratada cuando intentaron escudarse en los participantes del correfoc infantil, que se estaba desarrollando justo en ese momento, al más puro estilo de los terroristas de Hamás, para poder gritar mensajes de ánimo a Laura Riera e intentar llevar a cabo el homenaje que los Mossos impidieron que se hiciera en la plaza del Raspall.

La permisividad del ayuntamiento para la celebración de fiestas en ciertas calles y plazas que no se encuentran dentro de la Fundació Festa Major de Gràcia, y que no deben beneficiarse de todo el trabajo que llevan a cabo durante todo el año para preparar este evento ni del entorno que se genera durante la celebración de las mismas es la que alimenta estos focos de problemas. Me refiero concretamente a la fiesta de Sant Pere Màrtir, a la casa okupa de Ros de Olano y a la Comissió Popular de Festes (CFP), organizadora de las fiestas en la plaza del Raspall.

Precisamente en estos lugares es donde se dan los mayores problemas, ya que en ellos se exhibían carteles publicitando el homenaje a Laura Riera y a la marcha de antorchas, así como también carteles de promoción del movimiento okupa. En el caso concreto de Ros de Olano, se cortó la calle de forma ilegal para la celebración de conciertos y venta de alcohol, ilegales también, causando un perjuicio a los bares a los que el ayuntamiento les exige tener todas las licencias y permisos en orden y cerrar a la hora establecida. Los okupas han actuado con total impunidad en estas fiestas, se han saltado a la torera la hora de fin de venta de alcohol, la del cese de conciertos, y para terminar, convirtieron las calles de alrededor de la casa okupa en un auténtico orinal urbano. Comerciantes y vecinos se quejaron sin éxito de este punto negro de las fiestas en Gracia.

El alcalde Hereu debe tener con estos grupos okupas, etarras y antisistema la misma dureza que ha demostrado con los lateros durante las fiestas, antes de que éstos últimos aprendan que tenemos un alcalde que ante la amenaza de disturbios e incidentes por no dejarles llevar a cabo su actividad ilícita se ganarán el privilegio de poder saltarse las normas.

Ante todo esto, por desgracia siempre queda en un segundo plano lo que de verdad importa de las fiestas, el agotador trabajo de la realización de los adornos y una programación que intenta que pueda venir toda la familia junta a Gracia a disfrutar un día entero de nuestras fiestas, potenciando actividades para todas las edades y huyendo del modelo de únicamente conciertos nocturnos y alcohol. En otras palabras, un modelo de fiestas lo más parecido a lo que se hace en cualquier pueblo de España.



One Response to “Okupas y antisistema vuelven a enturbiar las fiestas de Gracia”

  1.   Nerjeño Says:

    Resulta incomprensible la sensación de extraterritorialidad que existe en torno a los okupas, en cuanto allá donde van hacen prevalecer sus propias normas, sobre las que rigen para el resto de los españoles, sin que tengan la adecuada respuesta. O cuando la tienen, suele resultar bastante timorata . Gracias a Dios, son grupos reducidodos, pero si semejantes conductas y actitudes se generalizasen por contagio, este país tendría un preocupante problema de orden público.

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